lunes, 14 de febrero de 2011

La consagración de Agustí Villaronga 'Pa negre' arrasa en los Goya con nueve premios

'Pa negre' arrasa en los Goya con nueve premios - Alex de la Iglesia sentencia en su discurso de despedida de la Academia: "Internet es la salvación de nuestro cine"

Agustí Villaronga se levantó de la butaca, ya de madrugada, sabiendo que le tocaba afrontar la deseable hora de la consagración. Dueño de una de las trayectorias más personales e intransferibles del cine español con títulos como El mar, 99.9 o Tras el cristal, el director mallorquín salió del Teatro Real como gran triunfador de la XXV edición de los premios Goya. Pa negre, salvaje reconstrucción de un feroz drama familiar en la Cataluña posterior a la Guerra Civil, se hizo con nueve estatuillas, incluidas las grandes guindas: Mejor película y mejor director. Balada triste de trompeta de Alex de la Iglesia (dos premios) y También la lluvia, de Iciar Bollain (tres), fueron las grandes perdedoras de la noche. La cuarta película en discordia, Buried (Enterrado), de Rodrigo Cortés, se alzó también con tres premios.

Y como no solo en Balada triste de trompeta salen payasos, saltó feliz y contento al escenario del Real -tocado con su barretina- el inefable Jimmy Jump, ese chisgarabís que lo mismo interrumpe un partido del Barça que un Festival de Eurovisión o unos premios de cine. Su performance duró segundos. Fue interceptado por el servicio de seguridad y luego Buenafuente le llamó imbécil.

Su aparición estelar precedió al premio al mejor actor para Javier Bardem por su personaje de Uxbal en Biutiful, de Alejandro González Iñárritu. Bardem dio gracias a sus compañeros por el apoyo y brindó el premio a su mujer, Penélope Cruz, y a su hijo: "Por despertame todos los días el corazón y la sonrisa".

Pese a salir cinematográficamante derrotado en el podio de los Goya, Alex de la Iglesia fue, con Villaronga, el hombre de la noche merced a su discurso como presidente de la Academia. Un discurso de unidad y de adiós (dejará la presidencia en cuanto se convoquen elecciones, de aquí a tres meses como mucho). "Puede parecer que llegamos a este día separados, pero eso es el resultado de la lucha de cada uno por sus convicciones, porque todos estamos en lo mismo, que es la defensa del cine... yo felicito a todos por caminar juntos en la divergencia", dijo en un tono grave.

Fueron más de tres horas de una noche en la ópera, de una noche de premios de cine que, pese a las lentejuelas y los mensajes de unidad, no borrarán la esperpéntica imagen ofrecida en el pasado reciente por un colectivo, el del cine español, mucho más capacitado para las guerras personales que para la reactivación de una industria maltrecha. Preguntas básicas siguen sin ser respondidas: ¿por qué se producen tantas películas al año, si no caben en el parque de pantallas?, ¿alguien se cree en serio que es la piratería en Internet lo que está ocasionando daños tan gravísimos al cine español? ¿En qué nuevas fórmulas de negocio están pensando quienes hacen cine y lo venden y aquellos que tienen que procurar las condiciones idóneas para que eso se pueda hacer, es decir, el Ministerio de Cultura? A ni una sola de esas cuestiones respondió ayer nadie en la gala de los premios Goya. Eso sí, todo resultó muy bonito. También largo.

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